Cabe preguntarse si tan ingente intervención política y
económica internacional desde organismos
tales como la ONU, el FMI, el Banco Mundial, el Pentágono, fundaciones de corporaciones
financieras y gobiernos de los Estados más poderosos del mundo a favor de las
mujeres responde realmente a un objetivo de progreso, liberación y protección de la mujer contra cualquier tipo violencia o responde a otro propósito.
La sola formulación de este tipo de duda sabemos que provoca
indignación en aquellos sectores que se
consideran poseedores de la “verdad políticamente correcta”.
Sin embargo hay fundadas razones para pensar que el objetivo
principal de las llamadas políticas de género no es la liberación de la mujer
sino precisamente todo lo contrario: el control de la misma en un intento más
de seguir adelante con el contradictorio e irracional proceso de la progresiva militarización y dominio de la sociedad civil siguiendo las pautas
de desarrollo del estado moderno.
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