viernes, 29 de enero de 2021

 

                         MÁXIMO SANDIN  

                                            BIOLÓGO  EN BUSCA DE LA VERDAD 



SOMOS BACTERIAS Y VIRUS 


COVID 19. SOBRE VIRUS, ASESINOS Y ESTRATEGIAS 


Parece una obviedad afirmar, que la crisis mundial que se ha desatado como consecuencia de la pandemia producida por el covid 19, no tiene precedentes en la historia. Lo que no es tan evidente, es por qué si esta pandemia se produce como se afirma desde el ámbito científico, es decir, por el “salto” espontáneo del virus de algún animal al hombre, no se han producido continuamente epidemias de origen viral a lo lago de la historia. 

En cualquier caso, esta situación ha originado un consenso social sobre las causas y consecuencias de la “aparición del coronavirus”, generado por una abrumadora y permanente avalancha de información, por parte de todos los medios de comunicación. Los expertos, que aportan la voz de la Ciencia, nos hablan de un “virus asesino” pero que utiliza una perversa “estrategia”: no matar a todos los que infecta, para poder seguir reproduciéndose. Sin embargo, la atribución de cualidades, incluso de intenciones, a un ente biológico que en estado libre es inerte, a una molécula de ADN o (en este caso) de ARN empaquetado con una densidad casi cristalina, en una cápsida proteica envuelta en una capa de lípidos, un ente que no se puede considerar un ser vivo, produce una cierta desconfianza en estas interpretaciones científicas, por muy prestigiosos que sean sus emisores.

 Pero lo que lleva la desconfianza al límite de la sospecha, es cuando la prestigiosa revista científica Nature (Nature Medicine 17 de marzo) publica un artículo en el que concluye que el virus covid 19 “no es un virus obtenido en un laboratorio o manipulado a propósito”, un estupor que puede equivaler, al producido porque en una revista de astrofísica, se publicase un artículo destinado a demostrar que la Tierra no es plana. ...

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viernes, 8 de enero de 2021

  

    ENRIQUE COSTA VERGER   y  JESÚS GARCÍA  BLANCA 



                     VACUNAS:  UNA REFLEXIÓN CRÍTICA   

                    A partir de la Historia de la Medicina y de los últimos descubrimientos en Biología 

                 Los ciudadanos que no nos vacunamos, lógicamente no creemos que hacernos dependientes de un producto industrial sea un beneficio para nuestra salud, ni que mejore nuestra calidad de vida; sabemos que no hay ninguna demostración científica de la eficacia protectora de las vacunas y , además, creemos  que, como nuestro antepasados, somos capaces de vivir en este planeta sin necesidad de que nadie incorpore a nuestro organismo ningún producto industrial con la intención de mejorar su naturaleza  y el funcionamiento de sus órganos y sistemas ......  

Nosotros no vacunamos, simplemente, porque reconocemos que la perfección de nuestro sistema defensivo orgánico en estado de normalidad o de salud es insuperable, o mejor dicho, es todo lo perfecto  que puede ser para cumplir su misión biológica en e conjunto de las funciones del cosmos...

Pero además de esta visión mental de armonía  con nuestro habitat, los que nos oponemos a la manipulación industrial de cualquier sistema vivo, tenemos el conocimiento empírico y la experiencia real y cotidiana de que el diseño natural del cosmos sigue siendo en todas partes insuperable por la obra humana .....

Su actitud de protegerse ante esos microbios agresivos es lógica si la información que tienen y en la que confían, les ha convencido del peligro mortal que suponen  y de la consecuente bondad y necesidad de las vacunas.....

Lo que quizás no sepa el lector es que las vacunas se introdujeron en la sociedad hace poco más de cien años , pero en contra de la opinión y el consejo de la mayoría de los propios médicos de la época; en realidad las vacunas no tuvieron un origen médico sino industrial, no nacieron  como una creación del pensamiento y la ciencia médica de esa época sino más bien en contra de la filosofía y la deontología y prácticas médicas de la época.....

Pero lo mas importante de este asunto es que esos hallazgos de la nueva microbiología realizado en los años treinta del siglo pasado debieran haber sido capaces de parar la práctica de la vacunación, Volver a replantearse la teoría de la infección admitir que los microbios no eran alienígenas sino simbiontes, admitir los fallos e incongruencias admitir las muertes "misteriosas" y aceptar que esos grandes médicos y catedráticos de a medicina industrial estaban equivocados, eran unos paranoicos y en vez de salvar gente la habían intoxicado. Tendrían que haber aceptado que los humildes médicos vitalistas tenían razón, y que la medicina industrial y su guerra contra los microbios era un error contra nuestra propia realidad biológica, Demasiado admitir, demasiadas cosas para reconocer,  demasiado prestigio que perder, demasiado dinero que dejar de granar y no pudieron parar el tema de las vacunas; prefirieron huir hacia delante...... (pag 79)


                                    OTRAS OBRAS DE ENRIQUE COSTA VERGER  Médico Naturópata