En los inicios del segundo milenio antes de Cristo gran parte de la humanidad pasa
de una forma de organización predominantemente igualitaria a un
tipo de organización jerarquizada, dando lugar a la aparición de los estados. Esta forma de organización política y social se extendió con rapidez y ha seguido perfeccionándose hasta la actualidad, si bien, junto a las sociedades jerárquicas,
han existido y todavía existen en la actualidad sociedades igualitarias, en grave peligro de desaparecer por su
conflicto continuo con los estados. (1)
También ha habido momentos históricos,
generalmente cuando se ha desintegrado un imperio, en los que las sociedades humanas, liberadas de su yugo,
han conseguido volver a convivir en una
relativa y aceptable igualdad.
Los historiadores señalan diferentes causas para explicar este profundo cambio cualitativo en la manera de entender las relaciones
humanas:
-
El fin de la economía de la
recolección y de la caza como sistema de subsistencia.
-
La pérdida
del nomadismo.
-
La aparición
de la agricultura.
-
El aumento de
los grupos sociales humanos.
-
El inicio de
las aglomeraciones urbanas.
-
El cambio de
una economía basada en el trueque y la anotación o registro de las transacciones a una economía basada en el dinero circulante y anónimo con
la consiguiente acumulación de poder sin límites.
-
La organización
de la sociedad en patriarcados y
matriarcados.

El debate fundamental es, desde entonces, si lo propiamente humano
es vivir en sociedades igualitarias o sociedades jerárquicas.
Con la aparición de los imperios y la potenciación de todo lo jerárquico el
pensamiento humano (discernimiento
personal y colectivo de lo verdadero y
lo falso) deviene dirigido desde arriba y su conciencia (discernimiento del bien y
del mal personal y colectivo) sometida. De esta manera se entra
en una fase de inhumanidad que dura hasta la actualidad, ya que el ser
humano hace dejación de aquellas facultades
que, según la filosofía clásica, precisamente le diferencian del resto de seres vivos. De ello a su vez se
sigue una pérdida de capacidad
y de voluntad (potencia
o poder) (2)
Pero con la llegada de los imperios
no sólo el pensamiento y la conciencia
humana quedan doblegado sino también las
instituciones sociales que surgen de las necesidades más básicas: la
planificación, la economía, la justicia,
la religión, la defensa, las relaciones sexuales y la natalidad, la familia, la
educación, la alimentación, la salud etc.
Se convierten así en economía, justicia, religión, etc., de
estado. En suma, ideologías justificadoras
del ente estatal, generador de
desigualdad.
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